Convulsión febril: Información para los padres

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Autor: Neuropädiatrie
Version: 09/15

Qué es una convulsión febril?

Las convulsiones febriles son ataques provocados por fiebre (temperatura corporal en el oído o rectal > 38.5 °C).
Aproximadamente 5 de 100 niños tienen una convulsión febril.
Los afectados son niños entre los 6 meses y 6 años de edad; las convulsiones febriles ocurren con mayor frecuencia en el segundo año de vida.
Se ha observado una acumulación en familias.
Las convulsiones febriles no se consideran epilepsias.

Se considera que la causa de las convulsiones febriles es una interacción de factores genéticos (propensión congénita en el niño) con irritaciones externas (p. ej. infección vírica de las vías respiratorias superiores).

Las convulsiones febriles aparecen súbitamente y a menudo con el primer aumento de la fiebre, pero también pueden ocurrir en cualquier momento durante una enfermedad febril.
Los niños pierden el conocimiento de repente y se sacuden rítmicamente, a veces también se ponen rígidos o los músculos se relajan totalmente. Durante la convulsión, los ojos permanecen abiertos y frecuentemente se voltean.
La mayoría de las convulsiones febriles dura menos de 3 minutos. Se considera que la duración del ataque es solamente el tiempo en que los niños se sacuden o tienen una tensión muscular anormal.
Después de la convulsión febril, los niños están somnolientos, pero eso no significa que el ataque todavía está continuando.

Se habla de una convulsión febril compleja cuando el ataque dura más de 15 minutos o sucede varias veces en un lapso de 24 horas o sólo afecta a una mitad del cuerpo o si la mitad del cuerpo permanece paralizada después del ataque.

Aunque pueden verse tan dramáticas – ¡las convulsiones febriles no causan daño!
Las convulsiones febriles no tienen consecuencias negativas para el desarrollo mental ulterior.
No se conocen muertes relacionadas con convulsiones febriles.
Sin embargo, deben evitarse las convulsiones febriles duraderas y por esta razón se dan medicamentos para casos de urgencia (véase más abajo).
El riesgo de una epilepsia ulterior es muy bajo (aprox. un 4%).

No obstante, ya que la fiebre también podría indicar una enfermedad seria, siempre debe usted acudir al médico o por lo menos llamarle.

Alrededor del 30% tienen una segunda y aproximadamente un 10% tres y más convulsiones febriles.

No hay medidas que previenen las convulsiones febriles con seguridad, tampoco la administración periódica de medicamentos que reducen la fiebre.
A veces, la convulsión febril es el primer indicio de un episodio febril que comienza.
No es necesario vigilar al niño todo el tiempo por las noches. Incluso si usted no notara una convulsión febril, esto no representa un riesgo para la salud. No se conocen casos en que niños hubieran sido dañados por una convulsión febril "oculta".

Más clarificaciones posteriores a una convulsión febril como la medición de la actividad eléctrica del cerebro (EEG = electroencefalograma) o bien una IRM del cerebro (imagen por resonancia magnética) rara vez son necesarias.

¡Conserve la calma!
Ponga al niño de lado durante el ataque y también después. Algunos niños pueden vomitar después del ataque.
De ninguna manera sacuda al niño, ni abra la quijada a la fuerza, ni meta objetos entre los dientes, ni lo reanime con respiración de boca a boca (el niño podría ponerse azul durante el ataque) ni lo salpique con agua.
Aleje objetos con los cuales su hijo podría lesionarse.
De ser posible, observe el ataque muy bien y fíjese en su reloj para estimar la duración del ataque.
Si el ataque dura más de 2 a 3 minutos, adminístrele diazepam rectal por el ano (si pesa menos de 20 kg: 1 x 5 mg; si pesa más de 20 kg: 1 x 10mg).
Si el ataque no para después de 5 minutos, debe administrarle otro diazepam rectal y llamar al médico de urgencia (tel. 144).
El objetivo es evitar convulsiones febriles duraderas (es decir, que duran más de 20 minutos).
Después de la convulsión febril: póngase en contacto con su médico para decidir si su hijo debe ser examinado cuanto antes.

Si tiene más preguntas, puede llamar a su médico familiar o pediatra o bien al teléfono de asesoramiento del Hospital Pediátrico de Lucerna (tel. 0900 554 774).

Hospital Pediátrico de Lucern Departamento de Neuropediatría